LENYENDAS FOLCLORICAS EL CHIVATO
LEYENDA EL CHIVATO.
El Chivato leyenda de terror panameña, en un ingenio de Veraguas en Panamá, en la noche colocaban vigilantes nocturnos, aunque ninguno duraban más de dos(2) noches. Su argumento era, que allí asustaban y no soportaban tal temor de noche.noche.
Rubén del Carmen Sánchez, inició trabajo allí y su primer turno fue nocturno en el área, y en su primera ronda al pasar por un lugar oscuro sintió un escalofrío, el temor lo abrigo entero se de tubo y prendio su linterna alumbro el lugar y no vio nada.
Rubén pensó debe ser mi imaginación tanto tiempo sin obtener trabajo y ahora que lo poseo imagino cosas, Rubén termina su primera ronda, llega a la garita y persive un fuerte olor azufre augurio del mal, se sobrecoge en su silla, olle el canto de los grillos nocturnos y a lo lejos el turrututu anuncio su llegada,
Pero se sobrepone desidiendo dar a las doce en punto de la noche(12.00am), hacer su segunda ronda, en cada paso siente que lo siguen y mira hacia atrás y cuál fue su sorpresa que era sólo un cachorro de perro negro que sale de un matorral acercandose a el vigilante.
El cacharro lo alcansa y lo acompaña en su ronda al caminar. Pero el temor en ves de desaparecer aumentó, el piensa cuál es mi temor si tengo este perrito a mí lado, cuando lo mira vio cómo crecio de cachorro a un perro más grande, siguio su camino pero la curiosidad lo hace voltear de nuevo, ya no era un perro grande, más bien paresia un gran caballo por su estatura cuando de repentente el can del demonio lo mira con unos ojos rojos como candela y se le avalansa a Rubén y un grito desgarrador se olle en la penumbra de la noche.
LEYENDAS DEL CHIVATO.
El folclore panameño está llenó de seres de la noche entre ellos El Chivato, es concido como un pequeño perro negro que se te hacerca acompañandote tú caminó, y al pasar el tiempo hace que lo veas y cada ves que lo observas él crece a cada paso que dan, crece y crece, hasta que por el temor pares. El te mira directo a los ojos, ves los de el rojos cómo candela y gruñe y te cae ensima.
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